Afrontar la muerte de una pareja es una experiencia de profundo cambio y transformación obligatoria, no solo de la vida cotidiana y rutinaria, sino también en la concepción misma de la idea de la vida y la muerte.

Aceptar la muerte de la pareja no es sencillo, requiere de un proceso de duelo consciente, para sanar todo lo que ello trae. No obstante, entender desde la práctica, la idea de la muerte es algo más complejo.

Partamos de que la muerte es una representación que nos aterra y cuando toca a nuestra puerta y se lleva sin permiso a alguien que amamos, esto no puede ser visto en primer momento, como algo positivo, pero, si entendiéramos a la muerte, como parte de la vida; y así educáramos nuestro cerebro y a los nuestros, sería digerida con mayor facilidad.

Enviudar no solo es cambiar de estado civil, sino por, sobre todo, de estado de ánimo, pasar quizás a la confrontación con el entorno y con uno mismo. Se vive de maneras distintas en todo el mundo y más aun dependiendo del género, puede ser sinónimo de pobreza, exclusión, maltrato y discriminación.

Por un lado, está el fenómeno social y económico, el estigma y la soledad; y por otro el descubrimiento de una faceta desconocida por uno mismo.

La emocionalidad tras la muerte de la pareja

Empecemos por asumir que el dolor será inevitable y para ello hay muchas sugerencias de ayuda, acciones de apoyo y por supuesto el cariño de quienes nos rodean, para superar la llamada “pérdida”. El sufrimiento siempre es opcional; y aunque cueste creerlo, pueden pasar años de sufrimiento, para muchas personas, sin que puedan atender esta situación en serio.

Reponerse al vacío físico y emocional que deja una persona cuando ya no está, es un momento de afectación profunda, requiere por ejemplo, de esfuerzo para levantarse cada mañana y encontrarle nuevamente el sentido a todo, de tomar decisiones y acciones.  Por supuesto, que cada persona lo vive y asiente de manera y en tiempos diferentes, por sus propias creencias, ideas y realidad.

Cuando hay hijos, dependiendo de las edades y relación que tengan, se convierte en un nuevo escenario para afrontar, tras la muerte de uno de sus padres.

5 pasos clave a considerar, cuando muere la pareja

1. Darse el permiso de sentir: significa vivir lo que cada estado emocional trae, ya que la mayoría de veces queremos fingir estar bien, como si nada ocurriera, por los hijos y la familia, negando así la posibilidad de expresar lo que realmente se siente. El intento de convencer a los demás de nuestro estado emocional, solo evade y reprime lo que se está sintiendo.
2. Buscar ayuda y contención emocional: evita sentirte “todo poderoso”, es necesario reconocer que se trata de un momento de impacto en tu vida, necesitarás ayuda, apoyo y cariño, para resolver de mejor manera lo que sientes y así lograr una contención emocional.
3. Vivir el duelo: es importante vivir cada etapa que implica un duelo, para poder aceptar, recuperarse y trascender. Los tiempos y momentos son distintos para cada persona.
4. Entender que se trata de un proceso: da la bienvenida a sentimientos que pueden ser desconcertantes, incómodos y tristes, ya que será el inicio de un estado de consciencia, que permite reflexionar, sentir y poner en orden todo lo que está pasando.
5. Reconciliarse con la vida y volver a sonreír: entender que se trata de una etapa dura en la vida, que llegó para mostrar algo, para aprender, agradecer y transcender a partir de esta experiencia. Entender que es un momento, que tendrá su tiempo de duración, pasará y se podrá volver a sonreír.

El duelo

Más allá de las etapas del duelo (negación y aislamiento, ira, negociación, depresión y aceptación), está el lidiar con la particular idea de querer evitar el dolor a toda costa. Queremos píldoras mágicas que nos curen rápido, nos refugiamos en vicios y banalidades, para aplacar el dolor. Somos intolerables al dolor, pero lo cierto es que la única manera de superarlo en este caso, es viviéndolo y aceptándolo, para a partir de ahí, poder trascenderlo.

Probablemente uno de los impactos más fuertes y donde reside el punto de quiebre, que llega con el duelo, es en el apego y hasta la dependencia emocional, que suele generarse en una relación de pareja.

Hacer un duelo consciente es importante, se vive más allá de los formalismos del luto, ya que está dentro de nuestra psiquis y emocionalidad. Esto significa entender lo que está sucediendo en el momento, aceptarlo, atenderlo y recibirlo con perspectiva, ya que el tiempo no curará nada, sino solo un cambio de perspectiva.

Y aunque todo el tiempo estamos viviendo duelos en la vida, la partida de un ser querido, en este caso la pareja, podría resultar más complejo. El duelo es un proceso normal y necesario de adaptación a una pérdida, que significa aceptar lo sucedido.

Hacer un duelo consciente, implica no omitir, ni saltarse el proceso, creyendo que así todo será más rápido y fácil.

Encontrando lo positivo en la experiencia de enviudar

Hacer el intento de encontrar algo positivo en este suceso, implica en primer lugar, abrir la mente para generar perspectiva. Dar un giro a la opinión convencional sobre la viudez, para poder mirar el hecho desde una forma diferente. Todos los cambios en la vida tienen su lado bueno, a veces ocultos, pero se trata de aprender a identificarlos, para lograr fortalecimiento interior a partir de ese hallazgo.

“La necesidad obliga”, es una de las frases con las que nos gusta justificar y permitir muchas cosas, pero en este caso, podría decirse que es una acción que promueve obligatoriamente el crecimiento interior.

Aprender a hacer cosas, asumir nuevas responsabilidades y a apropiarnos de nuestra vida como individuos independientes, es quizás uno de los puntos neurálgicos tras la partida de una pareja y a la vez la oportunidad más grande y positiva, al vivir este acontecimiento.

Asimilar la vida, fuera del lazo conyugal, implica desafiarse a uno mismo primero, para ser autosuficiente, no solo en aspectos materiales o económicos, sino por sobre todo mentales y espirituales, que nacen desde esa necesidad imperiosa, de asumir los retos de alcanzar la libertad e independencia emocional.

Yo diría entonces, que las cosas positivas que trae un capítulo como este a nuestra vida son: el autodescubrimiento, crecimiento espiritual, desarrollo personal, independencia, libertad emocional, una nueva vida y nuevas experiencias desde la autosuficiencia.

Un pequeño tributo

Enviudar, es una experiencia que pone a prueba a las personas en muchos aspectos, pero también se convierte en una oportunidad, para saber de lo que podemos ser capaces, para sacar nuestra fuerza interna y entender que la vida es de pequeños instantes.

Quiero rendir tributo a través de la palabra escrita, a todos quienes, transformaron ese dolor en un detonante, para identificar su misión y alcanzar su propósito de vida. Reconozco su fortaleza al levantarse cada día y enrumbar nuevamente su vida. A todos quienes con valentía y amor se encuentran afrontando el duelo.

Cada 23 de junio se conmemora el Día Internacional de las Viudas, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2011, para concienciar sobre la problemática relacionada con la viudez. La ONU sostiene al 2022, que mundialmente existen más de 285 millones de viudas. De este número, más de 115 millones vive en la pobreza extrema.

Pienso. Creo. Escribo.