Soltar, desprenderse y salir de la zona de confort, son más que expresiones o sentimientos, más que verbos que implican acción y movimiento, sobre todo para quienes vienen teniendo cargas emocionales por mucho tiempo.
Lo más fácil es aferrarse a las personas, a su recuerdo, a las cosas, a los trabajos, a las situaciones o circunstancias, que en algún momento nos dieron felicidad o simplemente hicieron rutina en nuestros días. Estamos acostumbrados en la gran mayoría a que todo sea como queremos, a lo permanente, a tener el control sobre todo y que nada sea inmutable. Actualmente, no solo la pandemia nos ha demostrado lo contrario, el valor y el desafío está en entender que los conflictos o lo que nos hace sentir incómodos en la vida, es una catarsis, que viene para obligarnos a soltar y desprendernos, a salir de la tan famosa, pero poco entendida “zona de confort”.
Definitivamente hay momentos en la vida que nos rompen, entristecen y cambian para siempre, cuando la muerte toca nuestra vida, hay mucho trabajo que hacer para soltar y desprendernos.
Cuando no tenemos más opción, “soltar, desprendernos y salir de la zona de confort”, es una premisa que va mucho más allá de las palabras, poner en práctica estos tres verbos, significa muchas veces hacer cambios, para una verdadera transformación.
Hacer sentido de lo que significa soltar sentimientos que no nos construyen, desprendernos de las personas y cosas que ya no están junto a nosotros y salir de nuestra zona de confort, es probablemente una situación muy aterradora, si lo vemos desde una perspectiva común y si, además, le achacamos tragedia o mala suerte, se volverá el panorama, más nublado todavía.
Desde estas líneas hago una introspección: ¡qué complejo y desafiante es, mirar desde otro ángulo!, retarte a ti mismo a sentir diferente, imaginar tu vida distinta, a no optar y conformarte por miedo al “fracaso” o al qué dirán. ¡Qué difícil es dejar de complacer a todo el mundo!, pero qué necesario y urgente es darnos la oportunidad y el lugar que merecemos. Qué contradictorio puede ser tomar la decisión de querer ser felices, aferrándonos a lo que nos hace daño, creyendo que son “designios de la vida”.
En mi experiencia reciente, quiero decirles que lo que el agua hoy se lleva de mi vida, es más que cenizas. Solté, me desprendí y empiezo a entender qué significa practicar: salir de la “zona de confort”.
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