Después de haber escrito “Un tremendo problema de ego”, hago un análisis a propósito de todo lo que implica empezar un nuevo año calendario, en que iniciamos como si todo fuera “nuevo”, lo cierto es que siempre se puede, si ensayamos una perspectiva diferente.
En estos días participaba de una charla que exponía la necesidad de sanar el pasado, para poder avanzar en todas las áreas de la vida, pues a veces creemos que aspectos como el financiero y las relaciones en nuestra vida, están divorciados o por lo menos divididos.
Entonces, es increíble entender cómo tienen tanto que ver lo uno con lo otro, cómo ambos se reflejan y nos muestran las posibilidades para dejar de ser y hacer; y tener más de eso que tanto queremos.
Por ejemplo, si miramos desde la carencia y la necesidad, atraemos más de ello, pero si agradecemos por todo lo que ya está en nuestra vida, atraemos abundancia. No les diré que esto es sencillo, pero vale la pena intentarlo. Solo desde ahí cambia nuestra perspectiva.
¿Convertir el pasado en combustible?
Cada experiencia, momentos duros y la frase de moda en estos días: “hitos que marcaron nuestra vida”, son definitivamente elementos que quedan en algún lugar de nuestra consciencia, de ahí parte creo yo, eso de “eres la conciencia de la experiencia”.
Las alegrías, las tristezas, “derrotas”, aciertos y desaciertos, en todos y cada uno de los aspectos que hemos vivido, sean estos económicos, amorosos, laborales, profesionales, familiares y demás, son el combustible para echar a andar en el tiempo presente y no en el futuro, eso que tanto anhelamos. Tener certezas es posible.
Me causó tanta gracia, una reflexión que hacía un amigo: “Me dijeron: Ya el tiempo dirá. Y yo nunca oí hablar al tiempo, jamás me dijo nada”. Yo le decía que, tras esa frase, que nos causaba risa, hay mucho de cierto, ya que a veces le atribuimos al tiempo, a la voluntad divina y a la “chiripa”, la responsabilidad que es solo nuestra, para tomar acciones y decisiones, para elegir y evolucionar con consciencia hacia esos lugares y circunstancias donde quisiéramos estar.
La experiencia pasada cifra el comportamiento presente y desde ahí podemos construir y de-construir, formar perspectivas nuevas y distintas, desafiantes a todo eso que nos han impuesto sentir y hacer.
La vida cambia cuando aprendes a mirarla como un espejo, donde cada persona, circunstancia y relación que llega a nuestra vida, es perfecta, ya que, como un reflejo, nos muestra aspectos que no conocíamos de nosotros mismos, nos ponen a prueba y traen un mensaje no tan escondido, que es necesario aprender a descifrar.
Este año que recién se estrenó, trae un poquito más de consciencia, donde la humanidad cada día hace un esfuerzo por evolucionar. Definitivamente siempre habrá quienes aún sigan peleando desde su ego: buscando culpables, esperando que los otros llenen sus vacíos y más aun sintiéndose víctimas de la vida y las circunstancias, esperando a que el tiempo hable y diga.
No dejo de creer que, si más personas hiciéramos un autoanálisis, desde la propia experiencia y con una mente abierta, podríamos entender más y juzgar menos.
Pienso.Creo.Escribo
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