Esta semana se celebra en algunos países el “Día de acción de gracias”, más allá de su origen geopolítico, quiero acuñar la connotación del significado de “una acción de gracias”.
Considero que cualquier momento es un buen momento para agradecer, yo diría que todos, tenemos la oportunidad de poder agradecer algo en nuestra vida.
El agradecimiento tiene que ver con la salud, tanto emocional como física y es por eso que en la actualidad, muchos expertos, mentores, profesionales de la salud, entre otros, recomiendan practicar la gratitud en la vida.
Pero ¿qué significa practicar la gratitud?
Las palabras construyen realidades, también afianzan creencias y a veces pueden ser un decreto, es por eso que cuidar lo que decimos, es tan importante y más aún el cómo nos hablamos a nosotros mismos.
Las acciones dicen más que las palabras, lo dicen todo por sí mismas, son determinantes y marcan la diferencia entre lo que se dice y lo que se hace. Desde esta perspectiva hago una combinación, entre las palabras y las acciones y creo que desde ahí podría hablar de una “acción de gracias”.
El poder que tiene el agradecimiento sobre algo en nuestra vida, algo que reconocemos desde lo más profundo, así como también, aquellas pequeñas cosas, por las que podemos estar agradecidos, transforman significativamente nuestro estado de ánimo.
Lo cierto, es que a veces damos por sentado muchas cosas, olvidándonos de agradecer por tenerlas o por no tenerlas.
Empezar por lo más chiquito y simple, a lo más grande y complejo, puede ser un buen ejercicio para practicar la gratitud. Llegar a casa cada día, es un motivo para agradecer, poder cerrar los ojos y abrirlos al día siguiente, es una nueva oportunidad.
Acción de gracias…
Hacer un recuento mental, al finalizar el día, puede ser un ejercicio positivo de agradecimiento, donde podamos apreciar cada cosa de nuestro día. Decir gracias por lo que tengo y lo que no tengo.
He puesto en práctica junto a mi familia, el ejercicio de gratitud semanal, donde cada día, al término de nuestra jornada, colocamos una notita, que recoge eso por lo que cada uno está agradecido, con la intención de poder compartir al final de la semana, eso que hemos escrito. Como dicen por ahí, “la transformación es real, cuando se comparte”.
El ejercicio de poder escribirlo, de leerlo en voz alta, de ponernos un recordatorio para agradecer, conduce definitivamente a elevar el espíritu y la mente. Exteriorizar aquello que estamos sintiendo, ayuda a ponerlo en orden, claridad y prioridad.
Después de hacer estos pequeños ejercicios, es importante sentir cómo se transforma el cuerpo, la mente y el estado de ánimo, mirar cómo empieza a mejorar nuestra salud.
Vivir en gratitud…
Vivir en gratitud puede resultar todo un desafío para nuestra concepción de hacer las cosas, incluso para nuestro estilo de vida, sin embargo, te has preguntado, ¿cómo te sientes después de agradecer algo en tu vida?
Muchas veces vivimos recriminando y reclamando cosas que pasamos, momentos duros y desafiantes, no logramos hacer las paces con el pasado o con lo vivido y e ahí, un motivo de sufrimiento.
A veces creemos que se trata del perdón, para alcanzar la paz y la tranquilidad en la vida, de soltar o virar la página de todo aquello que sentimos y pensamos, que nos produce distintas emociones, que generan acciones. Lo cierto es que, se trata de la gratitud.
Si pudiéramos apreciar la belleza oculta en cada cosa, el cuento de la humanidad sería diferente, si lográramos valorar cada experiencia desde el agradecimiento, probablemente viviríamos más, enfermaríamos menos y viviríamos en el presente.
Si pudiéramos agradecerlo todo, no tendríamos nada que perdonar.
Asumir un estado de gratitud consciente marca la diferencia en nuestro crecimiento como personas, transforma el entorno que nos rodea y definitivamente nuestro estado anímico.
Vivir en gratitud significa poder ver en cada cosa, cada momento o circunstancia, un regalo para nosotros. Muchas personas dirían, ¿cómo agradecer una enfermedad o la muerte de un ser querido? Y no se trata de aquello, sino de lo que ello nos está mostrando. No se trata de agradecer una traición por ejemplo, sino de lo que puedes aprender de ello. No se trata de agradecer la muerte de alguien a quien amamos mucho, sino de haber podido ser parte de su vida. A veces agradecer por sentir dolor, puede traducirse en un gran aprendizaje de vida.
Vivir en gratitud, significa mirar más allá de lo que es visible ante los ojos. Significa celebrar día a día, cada cosa que podemos agradecer. Mientras más agradezcas, más motivos tendrás en tu vida para agradecer.
Entonces…gracias, gracias, gracias!
Pienso. Creo. Escribo.
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