“Para todo se requiere coraje”, con esta frase me transporté a los momentos que me pusieron a prueba y hablando de prueba, recordé otra frase que dice: “La vida no te pondrá una prueba con la que no puedas lidiar”. Me parece que es bastante conocida, pero no tan entendida o asimilada en la práctica. A propósito de estas reflexiones, quiero compartir estas líneas con ustedes.
Creo que para tener coraje y poder lidiar con esas pruebas que nos sortea la vida, es imprescindible poner en práctica la palabra mágica: “cambio”. En estos días, además, dada mi experiencia reciente, he pasado interiorizando esta palabra: “cambio”, para entender qué es lo que realmente significa, cómo se produce y hasta dónde llega.
Somos testigos precisamente de lo mucho que han cambiado las maneras de hacerse las cosas, de vivir la vida y con el post-covid podría decir que para la gran mayoría de las personas significó un cambio en sus vidas, muchos perdieron a sus seres queridos, su empleo, su seguridad y demás, yo creo que gran parte de la humanidad, sí cambió y ganó mucho: experiencia, vivencia, fortaleza y sobre todo perspectiva. Muchas personas optaron por un cambio, de pensamiento, sentimiento, palabra y acción. Otras fueron obligadas, pero en todo caso, el “cambio”, llegó como algo inevitable.
Cómo se entiende el cambio…
En medio de procesos de reconstrucción, de análisis e introspección, creo que podríamos mirar y valorar en el cambio, una posibilidad, que solo llega a ser real, cuando nace de una verdadera intención personal.
A cuántos de ustedes les ha pasado, que solo cuando toparon fondo, tuvieron que hacer un cambio en sus vidas, ese que empieza con y para uno mismo, que va desde dentro hacia fuera, que nos cuestiona y nos desafía cada día.
Si llegamos a entender que todo cambio se presenta para que sanemos un aspecto de nuestro interior que queremos ignorar, habremos ganado la primera partida, ya que empezar a vivir con coherencia ese aspecto detectado, será el real desafío que venga con la decisión de querer cambiar. Más adelante hablaré sobre ello: el cambio es una decisión.
A veces son las circunstancias las que nos obligan y nos mueven a cambiar, pero como dice mi mentor, el cambio solo se da, cuando se percibe un beneficio para sí mismo y se logra porque produce placer o al no hacerlo produce sufrimiento.
Lo único seguro en la vida, es que todo cambia, pero muchas veces hemos presionado, deseado o incluso hemos sido abusivos o dramáticos, queriendo lograr el cambio en las otras personas y no sobre nosotros mismos.
Les confieso que, en este tiempo maravilloso, en medio de grandes desafíos personales, descubrí esta palabra: “cambio”, como un tesoro oculto, pues si bien es una palabra común, deja de serlo, cuando experimentas su real significado.
A veces nuestra formación, nuestros pensamientos limitantes, nuestro ego y nuestra manía de querer que todo sea como queremos que sea, nos lleva a creer que podemos cambiar a las personas, a pensar que es posible y lo más iluso, creer que somos responsables de ello.
La verdad es la única que nos libera y cuando nos damos cuenta de que el cambio es una decisión propia, una elección que hace la persona sobre sí misma, por su voluntad y convicción, entendemos al fin que el único poder que tenemos, es solo sobre nosotros mismos.
Cuando de hablar de cambio se trata, definitivamente el universo está lleno de sabiduría. Para quienes hemos estado en situaciones y posiciones cómodas en nuestra vida, creyendo que el cambio es algo lejano e iluso, llega de pronto para movernos radicalmente, nos sacude y nos obliga a mirar dentro de nosotros. El universo se hace presente a través de distintas situaciones y personas, para mostrarnos que el cambio, llega para provocar la evolución de nuestro propio ser.
Entonces retomando lo que mencionaba al inicio de que “para todo se requiere coraje y que la vida no nos enviará algo con lo que no podamos lidiar”, lo mejor que podemos hacer por nosotros y los demás, es trabajar siempre en nosotros mismos y ser lo suficientemente valientes, para descubrir esas lecciones que la vida nos muestra. Pero para poder verlo hay que saber que la vida primero nos pondrá a prueba y luego vendrá el descubrimiento de esa lección. El cambio llega, solo cuando podemos poner en práctica lo aprendido, caso contrario, la lección será repetida.
Creo también que a veces nos hace falta darnos un poco más de crédito, de reconocimiento y valoración de esos pequeños cambios, que vamos logrando día a día. Estoy viviendo con asombro, cómo es que el cambio es el inicio de la transformación y creo que llega hasta donde estemos dispuestos a querer lograr.
El cambio se consigue con las elecciones que hacemos día a día, con las decisiones diarias que tomamos. Lo que podemos hacer, es conducir el cambio en nuestra vida, en lugar de resistirlo.
Pienso. Creo. Escribo
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