Escribo lo que pienso

¿Cuál es el camino correcto?

Hay momentos en la vida, en que nos preguntamos sobre gran cantidad de cosas, momentos en los que filosofamos todo el tiempo, quizás esos instantes llegan porque el tiempo para hacerlo nos alcanzó o porque algún acontecimiento en particular, marca esta necesidad de indagar dentro de nosotros mismos. Nos hacemos la pregunta del millón: ¿cuál es el camino correcto?

En algunas ocasiones y frente a varias preguntas sin respuesta, cómodo sería que tuviéramos literalmente una señalética que nos diga hacia dónde ir y qué vía tomar y que, sin miedo a perdernos, podamos escoger un camino. Curiosamente, solo perdiéndonos es cuando encontramos el camino. 

casc bnVuelvo a preguntar… ¿Cuál sería el camino correcto? Dependerá de la perspectiva con que se mire y las creencias y pensamientos que nos acompañen. Pero sobre todo del proceso que estemos dispuestos a iniciar. 

He comprobado que los sentimientos que se generan a partir de nuestros pensamientos y creencias, son algo así como el termómetro, que nos indica el estado de salud emocional en el que nos encontramos. Aprender a identificarlos y asignarles una valoración es todo un desafío.

Esforzarse para entender este tipo de temas es fascinante, no solo por todo lo que se aprende sobre uno mismo, sino porque cada día se convierte en un reto, al mirar cada cosa, situación o conflicto, desde una nueva perspectiva. 

Es complejo poder hacer una lectura diferente y no convencional de las cosas que nos suceden, muchas veces somos muy duros con nosotros mismos, somos el juez más injusto, no nos damos suficiente crédito y nos condenamos de manera implacable frente a nuestros “errores” y “malas decisiones” (si, así entre comillas). 

Mi mentor siempre dice que no hay buenas, ni malas decisiones, simplemente experiencias que llegan a nuestra vida, para que podamos obtener de ellas un aprendizaje y trascenderlas. Sin embargo, he visto y sentido, cómo somos víctimas de nuestros propios pensamientos y emociones, cuando nos sabotean y no nos dejan ver con claridad todo aquello que nos invita a reflexionar, cambiar y superar sobre nosotros mismos. 

Para no caer en el juego del ego: de lo bueno y lo malo, que siempre será relativo, creo que el camino correcto, es ese en el cual puedes ser tú mismo, tener paz, verte y sentirte libre, dar y recibir el amor incondicional, donde tu alma sienta tranquilidad y logres cultivar tu espíritu. 

inspirar5Yo diría entonces que el camino a seguir, siempre será el correcto, no importa cuánto dudemos, cuánto miedo tengamos, lo cierto es que cada experiencia está ahí esperándonos, para hacernos crecer, aprender y evolucionar como seres humanos. Siendo así, siempre será un regalo, por todo lo que podamos asimilar de ello. Pese a esto, nos encanta enfrascarnos en la duda y en el destiempo. 

Llamo destiempo, a esa faceta en la cual nos sentimos abatidos y agobiados por no estar, ni vivir en el presente. Vivimos añorando un pasado que ya no existe, por el simple hecho de que ya pasó y no volverá para ser diferente; y por un futuro que no ha llegado aún. 

Si bien podemos proyectarnos hacia el futuro, con la base del aprendizaje logrado gracias a una experiencia del pasado, el presente es lo único real y lo que tenemos, para hacer de nuestros días, algo emocionante, valioso y diferente.

Vuelvo a aquella reflexión que la compartí antes con ustedes: se trata de ese estado emocional en el cual sentimos incomodidad, ese es el aviso para movernos del lugar en donde estamos. Como dicen por ahí “bendita sea la incomodidad que nos obliga a transformarnos”.

Todo cambio traerá nuevas experiencias. Resistirnos al cambio o negarlo, solo lo hará más fuerte, por lo cual es mejor rendirse y entregarse al “proceso”. Yo le llamo proceso, a aquel período de nuestra vida, en donde vemos que no tenemos más opción que aceptar cada cosa y suceso, tal y como es. Aceptar es poderoso, ya que es el inicio de una verdadera transformación. 

El “proceso”, es eso que viene para mostrarnos de lo que estamos hechos, es eso que saca nuestras creencias limitantes, para aprender a romperlas. El “proceso”, no es sencillo ni fácil, pero si se ponen a pensar… ¿para qué quisiéramos que fuera fácil? La reflexión dice que todo lo difícil en la vida, es lo que realmente vale la pena. 

He pensado en lo que significa entonces “amar el proceso” y resulta complejo en primera instancia, por las creencias limitantes y los pensamientos retrógrados que tenemos. No es tan visible lo positivo en este sentido. 

Pero si nos rendimos a ello y encontramos en el “proceso”, las respuestas, el equilibrio, la pasión y el amor, definitivamente habremos ganado la batalla con nosotros mismos y así habremos logrado “amar el proceso”, porque en el camino nos transformó, nos fortaleció y al final nos convirtió en la persona que se esperaba que lográramos ser. 

heart 741497 960 720El camino correcto, es ese donde el proceso será el único testigo de nuestra transformación en una mejor persona, en un ser más maravilloso, consciente de lo que es y lo que puede llegar a ser. A la final la vida, es un juego de evolución y no de perfección.

 

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Soy Paulina Vizcaíno y “Aquí Estoy”

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Para contar y compartir un poco de mis historias y experiencias, mis pensamientos y chispazos de iluminación, que te darán qué pensar, a través de la palabra escrita en este sitio web.

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