Varias veces hemos pasado por circunstancias que nos alteran, deprimen o descontrolan, donde jugar el papel de víctima se ve como de lo más normal. ¿Pero qué significa en realidad?
En estos días una situación que alteró mi estado de ánimo, resultó en una invitación de mi ego, para perder la calma.
Me di cuenta que entre el ego y el papel de víctima se genera un caos, que muchas veces se apodera de nosotros y deja de lado todo lo que en otras ocasiones hemos aprendido. Somos capaces de decir cosas que no sentimos, cometer actos equivocados y transformarnos en alguien que no somos.
Para entender el “papel de víctima”, significa en primera instancia hacer a un lado nuestro ego, que no es sino dejar de pensar que el mundo gira a nuestro alrededor; y apartar esa mirada que tenemos siempre sobre nosotros mismos y de manera exclusiva.
Querer tener siempre la razón, dejando de reconocer a las demás personas y perjudicando nuestras relaciones y convivencia, es parte de un excesivo ego, que lo único que provoca es la imposibilidad de conectar con las personas que nos rodean y el sufrimiento para nosotros mismos.
Si a esto le añadimos que el “papel de víctima” actúa como envoltura del ego, tenemos una complicada situación.
Qué desafío es, en un momento de euforia y ni se diga de furia, mantener ese ego mezquino controlado y el papel de víctima guardado.
Después de un berrinche egocéntrico, el papel de víctima no es sino el resultado de creer que todo está mal y que la vida está contra nosotros. Juzgar a las cosas, personas y situaciones como buenas o malas, también es ego y victimismo. Entender que todo es como es, implica un reto y más aún interiorizar que cada suceso en nuestra vida, vino para ayudarnos a aprender algo.
Este tiempo que me ha inspirado a escribir, me he detenido a observar mis emociones, cómo se transforman, cómo los sentimientos son el resultado de los pensamientos; las emociones de mis propias interpretaciones y finalmente las acciones que vienen de acuerdo a esas emociones. En esta tarea de observación, descubro que las creencias que tenemos las personas, nos anclan a conductas erróneas y nos provocan sufrimiento.
Jugar al papel de víctima, es querer situarnos en momentos y situaciones de angustia innecesaria, es manipular a las personas y creer que con ello ganamos la partida.
La idea entonces, es amarnos lo suficiente a nosotros mismos, para desarrollar esa capacidad de mirar más allá, de no tomarnos las cosas de manera personal y entender que las personas hacen cosas, llevadas por sus propios vacíos emocionales.
Entender que las personas NO nos hacen cosas, sino que simplemente hacen cosas, tal y como lo explica mi maestro, es realmente una fuente reveladora de saberes y sentires, diversos y desafiantes para nuestra propia evolución.
Aceptar que cada situación, persona y momento, es el preciso y el indicado para hacernos crecer en la vida, para mostrarnos un aprendizaje sobre nosotros mismos, sobre lo que debemos trabajar en nuestra personalidad e identidad, es una opción que tenemos para trascender y superarnos.
Mucho se habla del ego, pero poco se entiende sobre ello, ya que todos en esta vida, tenemos ego, y en realidad no es bueno, ni malo, solo quiere protegernos y simplemente cifra lo que somos y podemos llegar a ser.
La clave está en invitar a ese ego a estar de nuestro lado, a trabajar en nuestro beneficio y no confabulando en nuestra contra. Dejar de querer ser la víctima, que señala y culpa siempre a las demás personas, esperando que sean ellas las que cambien, no solo es iluso, sino una pérdida de valioso tiempo en nuestra vida.
Si bien cada persona es un mundo interno inmenso, podemos hacer nuestra parte, sanando todo aquello que nos causa sufrimiento y nos aleja de las personas que amamos.
Empezar con la empatía, sin el ánimo de creer que una situación es mejor o peor que otra y finalmente dejar de depositar en las demás personas, lo que es nuestra real responsabilidad.
Este es un trabajo diario, que requiere no solo de mirar nuestras emociones y replantear nuestras creencias, sino por sobre todo tener paciencia y amor con nosotros mismos.
Este trabajo significa conquistar nuestra fortaleza para identificar y discernir, en cada momento y situación difícil, todo eso que nos afecta, que nos incomoda y que necesita ser sanado, para que dejemos de jugar el papel de víctimas con el ego.
Hola, encontré tu blog justo cuándo necesitaba, hace ya un par de meses mas bien a inicios de este año, me sucedió un clasico de moda en estos tiempos, liarme con un “casi algo”, digamos que aparentemente narcicista, la cuestión es que lleva meses llendo y viniendo y en cuánto a su ausencia mi mundo se desmorona, siento que muero etc, pero de las ultimas veces que me dejó bastante mal a pesar de saber que no me convenía ni un poco, quise darme a la tarea de buscar por qué realmente queria que esa persona siguiera en mi vida si no me aportaba nada? Y luego la otra interrogante de ¿por qué cada que me vuelve a hablar lo unico que hago es victimizarme? ¿Que quiero lograr con esto o que quiero conseguir de el haciendo este papel? Y es ahi donde decidí buscar lo que era el ego desde la perspectiva de supuesta victima, lo explicas bien resumido, pero igual me gustaría tal vez leer mas a profundidad en ello, que me recomiendas? Por cierto cabe decir si es que no lo he dicho que agradezco esta explicación que has dado
Hola Marlene, el punto importante es entender que el ego es parte de nosotros y de lo que se trata es aprender a escucharlo para saber qué es lo que tiene que decirnos. Se trata de convertirlo en un copiloto en nuestra vida. No es malo, no vino a amargarnos la vida, sino a ayudarnos a vivirla.
Aquí te dejo tres tipos de ego:
1.EGO EVITATIVO Es cuando no quiero hacer cosas y tomar decisiones. Tengo sueños, pero no me animo a ponerme en movimiento.
2.EGO AFERRADO Es el que ha encontrado un estado de seguridad y no quiere salir de su zona segura. Aunque ahí me duela…me aferro.
3.EGO ENCHARCADO Es el que ha aprendido y trascendido cosas y ahora no sabe lo que quiere.
Escucha qué es lo que te quiere decir y acéptalo, interiorizalo y da pasos para cambiar.
Me alegra haberte ayudado. Un abrazo.