“Toda etapa en nuestra vida es un experimento que trae aprendizajes.
Con las decisiones que tomamos somos capaces de sobreponernos a ello”.
A partir de esta frase que me llegó tan profundamente y atravesó mi alma en un momento de gran impacto, que ahora, además, me significa un cambio inmenso y la posibilidad definitiva de mirar hacia un nuevo futuro, quiero compartirles qué implica esto y ver que más allá de los errores que cometemos, siempre-siempre tenemos la oportunidad de darle un giro distinto a nuestra existencia.
Para poder asumir y tomar una decisión en la vida es importante hacer una reflexión previa, porque créanme, lo que no se reflexiona y solo se hace por hacer, por más mínimo que sea, trae importantes consecuencias. Cuando reflexionamos, llega cierta coherencia, pero requiere que tengamos fortaleza y valentía, no solo para interiorizarla, sino para proyectarla en nuestros actos.
Frente a esto último, es válido saber que también podemos cambiar de opinión frente a lo que pensamos y sentimos, siempre y cuando tengamos responsabilidad emocional y psicológica ante todo lo que hacemos y dejamos de hacer. Pensar en cómo nuestros actos pueden afectar o herir a terceras personas, pero por, sobre todo, PENSAR EN NOSOTROS MISMOS PRIMERO.
Definitivamente no podemos andar por el mundo cometiendo crímenes emocionales contra las personas o contra nosotros mismos. Por suerte podemos blindarnos y protegernos si llegara a aparecer esta amenaza en nuestra vida.
Quiero decirles que, en este experimento llamado vida, que vamos construyendo cada día, en medio de la REFLEXIÓN y la COHERENCIA tan ansiada, hay un importante camino que recorrer, que a veces está lleno de sorpresas, unas buenas y otras no tanto, pero yo creo que es fundamental entender que, para sortear este recorrido, debemos dejar de ser las víctimas y culpar a otros, por nuestra “supuesta desgracia o mala suerte”. Todo lo que hacemos y dejamos de hacer es únicamente nuestra responsabilidad.
Lo más fácil y común, es culpar al otro por todo lo que nos sucede y lo que no nos sucede, lo más fácil es huir y no hacerte cargo de lo que estás sintiendo y haciendo, lo más fácil es buscar excusas y palabras vacías para mentir a los demás.
Al estar pasando por un proceso de aprendizaje y sanación, puedo decir sin miedo a equivocarme, que cuando el ego se impone en todo, la decisión que se tome, siempre será la equivocada. Darnos cuenta de ello y provocar un cambio en nuestro ser, es crucial, para alcanzar no solo la paz en la vida, sino sobre todo nuestra felicidad.
Yo, que a través de este espacio escribo lo que siento, lo que voy creando a través de mis acciones, les pregunto, ¿cuántas veces han dejado que el dolor y más terrible que ello, el sufrimiento, haya sido su maestro? A veces, solo a través del dolor es cuando nos llega el aprendizaje y la coherencia.
¡Qué cierto es! aquello que dicen que la vida o el universo, siempre te volverá a poner la misma prueba, hasta que aprendas la lección. A veces las creencias erróneas y caducas que tenemos, la miopía emocional y el astigmatismo mental, no nos dejan mirar y mucho menos aprender la lección.
Como les decía antes, podemos protegernos y blindarnos. Con una reflexión oportuna y sensata, con la coherencia en nuestros actos, con decisiones claras y concretas, pero por sobre todo y lo más importante: con EL AMOR PROPIO.
En varias ocasiones recibimos fuertes golpes emocionales, mentiras sentimentales, indiferencia y traición, pero si jugamos al papel de víctimas con el ego, nos quedaremos ahí sin sentido.
Yo, tomo cada día la decisión de trascender y aunque les suene algo loco o extraño, agradezco cada dolor causado, cada persona que he conocido, cada relación absurda que he tenido, porque son la oportunidad que obtengo para sanar, para crecer, para trabajar en mi misma y evolucionar.
No les negaré que por mucho tiempo miré a las circunstancias y personas como las que me causaron profundas heridas en mi vida, pero ahora practico una MARAVILLOSA REFLEXIÓN de mi maestro: la gente no nos hace cosas, simplemente hace cosas por sus propios vacíos emocionales.
Y una MARAVILLOSA ACCIÓN: el perdón hacia mí misma, por haberme puesto en tal o cual situación, que me llevó a vivir cierto tipo de experiencia, que finalmente con dolor ocasionó el aprendizaje y evolución en mi vida.
Hoy valoro que siempre exista una posibilidad y lo que proyecta tomar una sabia decisión, para sobreponerme a todo aquello que no resuena más en mi vida.
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