Podría mezclar: “Confieso que he vivido”, título de la obra póstuma que inspiró la biografía de Pablo Neruda y frases como “Ya no estoy en edad para…”, como pasajes para destacar el sentido de lo que en resumen expondría momentos de la vida.
De un tiempo acá, da la impresión de que los días, meses y años transcurrieran más rápidamente, creo que eso se debe a la inmediatez con que hacemos muchas cosas y al eventual encendido del piloto automático, para sobrevivir.
Son los momentos difíciles, los infinitamente alegres y a veces esos aprendizajes con dolor, los que marcan hitos en nuestra vida, los que nos transforman, nos mueven y motivan a evolucionar desde dentro hacia fuera.
Quizás entre los retos más grandes que afrontamos, independientemente de la edad que tengamos, es aprender a conocernos realmente y a reconocernos también; a poner límites a las personas y a las circunstancias, a darnos permiso de disfrutar sin culpa y valorar desde lo simple, los pequeños momentos que construyen grandes recuerdos en nuestra memoria.
La exclusividad…
Es tan curioso cómo con el paso del tiempo se siente que un cierto aire de exclusividad nos invade y yo diría que hasta de exquisitez, no solo para saborear los momentos de la vida, sino las preferencias que vamos adquiriendo, donde empezamos a privilegiar en nuestro día a día, el estado de calma y serenidad.
El drama en las relaciones sociales, se ve reducido y minimizado afortunadamente. Llega el momento de hacer elecciones dirigidas a conservar la paz mental y espiritual. Ahí entra entonces mi analogía entre “confieso que he vivido y ya no estoy en edad para…”, ya que la experiencia obtenida de los momentos vividos marca diferencias y preferencias, para decir y sentir lo único que empieza a importar: tener paz, realización interior y disfrutar intensamente de las personas que amas, porque has aprendido a mirar que la vida es un viaje corto.
Por supuesto que hay de todo en la vida, pero la tendencia a llevar maneras sobrias, no solo gana espacio, sino que se vuelve la pieza clave para hallar el equilibrio en varios aspectos. Es interesante ver cómo vamos transitando de formas tan singulares y simpáticas, donde miramos en el tiempo transcurrido, cómo cada etapa tuvo su magia. Lo que antes era un disfrute inmenso, con el tiempo se tornó en un plan nada atractivo y si a eso le sumamos las incomodidades sociales, optamos por hacer lo que mejor se nos dé, lo que traiga calma y alegría.
Entonces…confieso que he vivido…
Confieso que con la llegada de los 40, los aprendizajes y las verdades reveladas fueron intensas, entonces con 5 años más, podría decir que soy afortunada con todo lo que hasta ahora he vivido, no cambiaría absolutamente nada de lo que he pasado, ya que eso me ha convertido en la persona que soy.
Entre desaciertos y aciertos, son más las cosas y momentos de los que me regocijo y puedo agradecer. Cada decenio en mi vida llegó con un hito, con acontecimientos significativos, de grandes experiencias y en mi último aprendizaje y reconocimiento a mis propias capacidades, puedo decir que de la ansiedad aprendí que las alertas y situaciones que llegan en el día, tienen un propósito, un mensaje para ser descubierto y una necesidad para ser atendida. De la viudez aprendí el valor de la autosuficiencia y el amor incondicional. De la maternidad aprendo cada día, que el desafío es lograr tener un apego sano, entendiendo que los hijos no nos pertenecen y que lo mejor que puedo enseñarle a mi hijo es a través de mi ejemplo, para que aprenda a ser feliz. De la vida aprendo que siempre vale la pena y la alegría, que la esperanza es real cuando se pone en movimiento.
Y es que como reflexionan por ahí, la vida no se vive con esfuerzo, sino con entusiasmo.
Vivir con gratitud
La vida se compone de pequeños momentos, de altos y bajos, de dificultades, desafíos y alegrías. Vivir con gratitud significa apreciar cada detalle que llega en la vida, sin darlo por sentado.
Agradecer por todo lo que vivimos, incluso aquello que catalogamos como “malo” o como “errores”, ya que en realidad son regalos que vienen envueltos de manera misteriosa, pero con un sentido poderoso para nuestra vida. Todo lo que vibramos, atrae más de lo mismo y es por eso que, es más hermoso tener más cosas porqué agradecer.
Cumplo 45 y sin miedo a decirlo, sé que lo nuevo tiene una promesa emocional distinta a la anterior, doy las gracias a todos quienes fueron parte de mi vida, a quienes aún lo son, a quienes están llegando y por supuesto a ustedes que con su lectura y comentarios, le dan sentido a este blog.
Confieso que he vivido cada uno de mis aprendizajes, para convertirme en mi mejor versión; aunque no siempre ha sido fácil aceptarlos; y es que ya no estoy en edad para no ser feliz, para llevar cargas innecesarias y librar batallas que no me pertenecen. ¡Salud!
Muy lindo exacto y sentido mija. Si hace 45 cuando yo contaba 20 llego a mi vida la hija de mi corazón que el universo me enviaba de algún modo por un camino distinto al de siempre le quise desde el primer instante que nuestras miradas se encontraron y hoy le llevó siempre en mi corazón rodeada de lindos recuerdos y llena de orgullo por ser como es linda buena integra y talentosa FELICES 45 VA POR MAS.
Más afortunada yo!!!, gracias por tu vida en la mía. El sentimiento es mutuo!, abrazos fuertes siempre!
Excelente reflexión muy acertiva. Me encanta 😍